El silencio de Chandos

Hofmannsthal

Rodolfo Reyes Macaya


 

Nueva edición de Hugo von Hofmannsthal, Carta de Lord Chandos (Santiago de Chile, 2021) y conversaciones con el traductor, Nicolás Trujillo Osorio

«He perdido por completo la facultad de pensar o hablar de modo coherente sobre algo». Con estas palabras, puestas en boca de un poeta prometedor pero malogrado, Hugo von Hofmannsthal (12) enuncia en 1902 la crisis de la representación que será uno de los signos del «corto siglo XX». Se trata de una carta apócrifa que, tal como se muestra en la glosa inicial, [1] aborda la renuncia total a la actividad literaria. Aquí reseñamos una nueva traducción de la Carta, realizada por Nicolás Trujillo, publicada por Cuadro de tiza ediciones [2] para una colección de traducción de ensayos filosóficos de escritores en formato plaquette.

Esta reseña, que incorpora informaciones dadas por el traductor, aborda el contexto de producción y publicación de la carta, grosso modo, la Viena fin de siècle y la crisis de las formas expresivas de las palabras e imágenes poéticas; la pertinencia de volver a traducir la Carta hoy; y, las dificultades generales y particulares de traducir producciones literarias de corte filosófico.

La Carta en la Viena del Imperio Habsburgo

Publicada originalmente en la Viena de los Habsburgo, [3] la Carta despliega un umbral, da cuenta de una crisis al sostener que la palabra es insuficiente para aprehender la multiplicidad de la existencia, y declara el silencio ante un contexto que hoy, retrospectivamente, parece revelador: la crisis de los valores europeos como la mímesis y el arte figurativo. [4] Escritores, filósofos, artistas del imperio Habsburgo de principios del siglo XX, entre ellos Robert Musil, Franz Kafka, Ludwig Wittgenstein, Hofmannsthal, Rainer Maria Rilke, Arnold Shöenberg, Sigmund Freud, etc., intentaron construir un saber de la crisis, es decir, un saber que supiera trasponer el derrumbe del lenguaje de la racionalidad clásica por medio del pensamiento negativo, puesto que «lo que las grandes palabras expresaban se ha vuelto indecible» (Rella 19). Theodor Adorno, por su parte, en su Teoría Estética utilizaría el concepto de «desintegración de los materiales» (29) para dar cuenta de la insustancialidad de los lenguajes artísticos en el siglo XX. Leída hoy, la temprana obra de Hofmannsthal, desarrollada en la Viena finisecular, se encuentra signada por la inminencia del fin: «El futuro de aquella cultura anunciaba, sin mecerse en las ilusiones de su pasado, era nuestro exilio, nuestro invierno, nuestra condición de hombres que dudan de tener un futuro» (Magris 45).

El imperio de los Habsburgo, pronto a desembocar en la catástrofe de 1914, era una totalidad unitaria que pretendía aglutinar una multiplicidad de culturas. «El fulcro ideal del imperio, escribe [Hermann] Broch, es el palco vacío del emperador, el palco reservado —en todos los teatros de todas las ciudades de la monarquía— para la eventual visita del soberano y en el cual el soberano no aparece jamás» (Magris 10). De un modo parecido, la obra inconclusa de Robert Musil El hombre sin atributos (escrita desde 1898 hasta la muerte del autor en 1942), recupera ecos de una crisis donde se busca dar cabida a la heterogeneidad en contraposición a la totalidad unitaria. Musil, lector de Nietzsche, considera que la vida ya no reside en la totalidad, en un todo orgánico y completo, sino en el devenir y en la disgregación. O en palabras de Chandos en la nueva traducción: «Todo se me deshizo en partes, estas partes en otras partes y nada se dejaba abarcar por un concepto. Las palabras flotaban a mi alrededor y se coagulaban como ojos mirándome fijamente y a los que debía devolver la mirada: son vórtices que me da vértigo mirar, que giran sin cesar y conducen al vacío» (Hofmannsthal 13-14).

Otros antecedentes de la Carta son el silencio de Friedrich Hölderlin y de Arthur Rimbaud, quienes realizaron sus respectivas obras a una edad temprana para luego enmudecer. Hölderlin se retira de la poesía hacia sus treinta años, viviendo treinta y seis años más en una especie de locura apacible. «Su vida póstuma dentro de un cascarón de silencio, parecida a la de Nietzsche, representa la palabra que se supera a sí misma, (…), en el silencio» (Steiner 65). Por otra parte, Rimbaud, tras concluir su obra poética antes de los veinte años, sustentado por el colonialismo decimonónico parte hacia el Sudán en busca del oro y del sol. La renuncia de Rimbaud, según George Steiner también, «significa la superioridad de la acción sobre la palabra. (…) El niño sueña y balbucea; el hombre hace» (66); considerando las categorías «hombre» y «niño» según los valores y usos de la época.

Cabe notar el procedimiento del anacronismo en La Carta: Chandos escribe a principios del siglo XVII, trescientos años antes de la escritura de Hofmannsthal, cuando la revolución industrial y los procesos de modernización referentes a ésta eran aún inexistentes y la vida se organizaba en torno al antiguo régimen, deudor de la maquinaria feudal y agraria que, a su vez, había entrado en crisis por los procesos mercantilistas de expansión europea, las nuevas técnicas agrícolas, la imprenta y la navegación. El noble inglés Chandos se ubica, de un modo semejante a Hofmannsthal, en una encrucijada entre antiguos y modernos.

La Carta como llave para abordar la historia reciente de la filosofía y la literatura

La Carta condensa diferentes temas filosóficos y literarios centrales para el pensamiento occidental del siglo XX. Estos temas centrales, en palabras del traductor, [5] son «el lenguaje y sus limitaciones, o, más bien, el lenguaje como un recurso limitado para representar el mundo es, quizá, el problema que protagoniza el texto». La Carta pasa también por un abanico de temas centrales para el siglo XIX, «que atestiguó el avance de la ciencia y la academización del pensamiento humanista: la vacuidad de la retórica, la contraposición entre la vida espiritual y la vida cotidiana, la relación entre vivencia y conocimiento, el vínculo entre revelación, saber y no-saber, etc.» (ibid.). Por otro lado, este silencio no es solo privación, sino que también es decisión: una noción de silencio que «se remonta a la tradición hermética y la figura de Harpócrates, que simboliza entre otras cosas una suerte de sensatez ante el no-saber. Y ya sabemos que Wittgenstein tiene el mismo gesto al final del Tractatus» (ibid.).

Trujillo sostiene que este texto sintoniza bien con la copla de «giros» con los que la filosofía ha determinado su curso: el giro lingüístico, el giro pragmático, el giro icónico, en particular. «Todos estos giros ensayan, de uno u otro modo, modos de desestabilizar el prejuicio moderno de la representación como imitación y, con ello, el supuesto metafísico y epistemológico que llamamos dualismo, en sus distintas versiones» (ibid.).

El oficio de traducir

Respecto de las dificultades generales y particulares de traducir ensayos literarios de corte filosófico, Nicolás Trujillo no es un principiante. Ha traducido del alemán a Goethe, a Novalis, a Ernst Cassirer, a Ernst Gombrich. En sus palabras, ha traducido textos que dialogan con la filosofía transcendental y que abordan uno de sus problemas centrales: los límites y condiciones de las formas de conocimiento y comprensión de la naturaleza. Sobre su labor como traductor, Trujillo resume: «Yo diría que me he dedicado a traducir textos en los que la relación entre conocimiento científico, sentimiento y creatividad aparece de modo ingenioso, a la luz de la tradición alemana que se inicia con Kant».

En cuanto a los problemas específicos en la experiencia y el método de traducción de la Carta, el traductor identifica, cuando menos, tres: el tiempo de la traducción, las peculiaridades de ambas lenguas (alemana y castellana) y la contradicción fundante del texto (escribir sobre la imposibilidad de escribir). El primer problema, el del tiempo, lo ha llevado a estudiar y producir distintas versiones. El segundo problema, más concreto, tiene que ver con la composición de la Carta en largas oraciones con imágenes hechas con detalles intensos y fugaces. «Esto, ciertamente, es así, porque el autor busca ilustrar los límites del lenguaje escrito con imágenes que revientan en elementos y relaciones innumerables e innombrables» (Trujillo). Esto es clave a nivel compositivo: al no poder explicarse en palabras, el sujeto de la enunciación busca evocar y describir con imágenes compuestas de eventos sin relación aparente, esa imposibilidad de enunciar, decir o representar, que tanto lo atormenta. Por último, el traductor se refiere a la contradicción fundante del texto como problemática en el ejercicio de la traducción: explicar la imposibilidad de escribir, escribiendo una carta. «Desde mi perspectiva como traductor, esto supone que la carta misma, su propia escritura, debería reflejar esa imposibilidad. «Sin embargo, esto el sujeto de la enunciación no lo hace como lo hará después Beckett, es decir, horadando la gramática, pulverizando las palabras, sino que «escribiendo con un ritmo que refleja tanto su desesperación como su agotamiento» (ibid.)

La Carta de Lord Chandos, de Hugo von Hofmannsthal, fue producida en el multicultural imperio de los Habsburgo, en la encrucijada entre el largo siglo XIX y el corto siglo XX. Esta carta condensa los problemas filosóficos de esta intersección entre siglos, signada por el gesto anacrónico. [6] Esta nueva edición de La Carta en traducción de Nicolás Trujillo, es una invitación a adentrarse en las complejidades de los problemas filosóficos del siglo XX, la relación problemática entre palabras y cosas, textos e imágenes, pensamiento y experiencia, arte y vida. Así, lo paradojal del texto, corresponde a una escritura que defiende la decisión de no escribir, pero que es, a fin de cuentas, una puerta de entrada al paciente trabajo del pensar.

Notas

[1] «Esta es la carta que Philip Lord Chandos, hijo menor del Conde de Bath, escribió a Francis Bacon, más tarde Lord Verulam y Vizconde de San Alban, para disculparse con este amigo por su total renuncia a la actividad literaria» (7).

[2] Casa editorial chilena, especializada en publicación en formato plaquette de poesía contemporánea y ensayos. La integran Nicolás Labarca, Julieta Marchant y Víctor Ibarra, con diseños de Nicolás Sagredo. https://cuadrodetiza.cl/

[3] Para el estudio de la Viena finisecular, véase Carl Schorske. La Viena de fin de siglo. Política y cultura. Trad. Silvia Jawerbaum y Julieta Barba. Buenos Aires: Siglo XXI, 2011.

[4] Para abordar la crisis de los valores occidentales, véase Franco Volpi. Trad. Cristina del Rosso y Alejandro Vigo. El nihilismo. Buenos Aires: Biblos, 2011.

[5] Nicolás Trujillo Osorio es doctor en filosofía de la Universidad de Leiden (Países Bajos) y Universidad Diego Portales. Investiga sobre sistemas de conocimientos, ciencia y política. Ha traducido del alemán a Ernst Cassirer (2019), Goethe (2019) y Novalis (2017), entre otros. Contacto: n.trujillo.osorio@gmail.com

[6] El corto espacio de una reseña nos ha impedido profundizar más en estos temas. No hemos tocado, por ejemplo, la cuestión de por qué Chandos se dirige a Francis Bacon. Para profundizar esto, ver Hofmannsthal (2008). Por su parte, Pascal Quignard (2020) formula una respuesta de Francis Bacon a Lord Chandos. Asimismo, para profundizar sobre la cuestión de la representación y la negatividad, véase Rodolfo Reyes Macaya. Nada para ver: Relaciones entre el Cuadrado negro sobre fondo blanco de Kazimir Malévich y el Bartlebooth de Georges Perec a partir de una conceptualización de la nada. Tesis de maestría. Universidad de Buenos Aires, 2017. http://repositorio.filo.uba.ar/handle/filodigital/4286 (22/06/21).

Bibliografía

  • Adorno, Theodor. Teoría Estética. Madrid: Orbis, 1984.
  • Cassirer, Ernst. La forma del concepto en el pensamiento mítico. Trad. Nicolás Trujillo Osorio. Santiago de Chile: Bastante, 2019.
  • Goethe, Johann Wolfgang von. Anotaciones sobre la planta originaria. Trad. Nicolás Trujillo Osorio. Cuadro de Tiza: Santiago de Chile, 2019.
  • Gombrich, Ernest y Edgar Wind. Una laboriosa curiosidad. Dos conferencias sobre Aby Warburg. Trad. y prólogo de Nicolás Trujillo. Viña del Mar: Catálogo, 2015.
  • Hofmannsthal, Hugo von. Carta de Lord Chandos. Trad. Nicolás Trujillo Osorio. Santiago de Chile: Cuadro de Tiza, 2021.
  • ___ ; Una carta (de lord Phillipp Chandos a Sir Francis Bacon): seguido de seis respuestas de: José Luis Pardo, Stefan Hertmans, Clément Rosset, Esperanza López Parada, Hugo Mújica y Abraham Gragera. Trad. José Muñoz. Valencia: Pretextos, 2008.
  • Magris, Claudio. El anillo de Clarisse: Tradición y nihilismo en la literatura moderna. Trad. María Estelrich i Arce. Navarra: Eunsa, 2012.
  • Novalis. Fragmentos y anotaciones sobre poesía y filosofía. Trad. Nicolás Trujillo Osorio. Santiago de Chile: Cuadro de tiza, 2017.
  • Quignard, Pascal. La Réponse à Lord Chandos. Paris: Galilée, 2020.
  • Rella, Franco. El silencio y las palabras: el pensamiento en tiempo de crisis. Trad. Andrea Fuentes. Barcelona: Paidós, 1992.
  • Steiner, George. Lenguaje y silencio. Trad. Miguel Ultorio. Barcelona: Gedisa, 1986.

 

Referencia electrónica

Reyes Macaya, Rodolfo. «El silencio de Chandos». Hyperborea. Revista de ensayo y creación. 5 (2022): 224-230. https://www.hyperborea-labtis.org/es/paper/el-silencio-de-chandos-297

DOI: https://doi.org/10.5281/zenodo.7020140

Publicación Hyperborea
Número 05